Y sin darme cuenta, no perdón, sin querer darme cuenta, estoy dejando mucho más de lo que quisiera aceptar por este tonto juego. Los días pasan y en teoría suman experiencias, sin embargo en mi caso no lo hacen, casi todos mis días son igual de monótonos, algo que me aboca a la histeria, el vicio me está absorbiendo y si bien algunos dirán de qué tanto se queja este tipo, solo sal diviértete, ve al cine, camina, corre, y deja de jugar listo, el problema no es tan sencillo.
Me he dejado seducir por este bendito vicio, en un principio para escapar de mí mismo, para dejar de pensar, para ahorrarme problemas y terminar angustiándome con situaciones que no creo poder manejar, ideas tontas que rondan mi cabeza la ofuscan y me obligan a dudar de todo, a reclamarme por todo, a sentirme insatisfecho con todo, con cada detalle y aspecto mayor de mi vida.
Esta es mi manera de escapar de la realidad, sentado frente a la pc hora tras hora, enviciado y aparentemente obsesionado por jugar, mientras tenga tiempo libre, no tenga que preocuparme por el dinero ni tenga nada acerca de lo qué quejarme me mantengo a salvo de este modo, entonces entro en la contradicción de siempre, si lo tengo aparentemente todo, entonces a que le temo, que me genera tanto miedo que siempre busco evadirlo, me faltan cojones para enfrentarme a algo: a mí mismo.
Y una vez más sueno melodramático, sufrido, y nadie entiende por qué ni yo mismo lo hago, no es mi intención, no me malinterpreten, no busco lástima, pena, ni era mi idea escribir un post tan pesimista y desesperanzado, solo busco compartir este miedo, descifrarlo mientras escribo y eventualmente encontrar mejores maneras de enfrentarlo, dilucidar cuáles son esas, pero principalmente saber a qué “monstruo” le temo y por qué lo hago.
Cuando no estoy jugando u ocupando mi mente en cosas más triviales y decido enfrentarme y “pensar” mi conclusión termina siendo la misma: me siento insatisfecho con mi vida, por qué si todo lo básico está allí (dinero, amor, cariño, comida, una casa, un hogar, salud y familia) eso es lo que no entiendo, por qué, algo falta, la chispa de la vida, sentir todo como si fuera la primera vez, valorar más las cosas, pero me cuesta, saber qué quiero, qué me hace realmente feliz o en todo caso que me está conteniendo, que me aleja de serlo.
Soy muy rítmico, estos ciclos de insatisfacción, desgano y tristeza, estas etapas en las que involuciono, me sumerjo de lleno en algún submundo dentro de mí y trato de evitar a toda cosa a los demás. No son tan frecuentes, suelo presentir su llegada y no duran más de un par de meses, pero en ese lapso me agotan, succionan toda mi esencia, toda la alegría, el buen ánimo y esa parte de mi personalidad tan extrovertida, chispeante, desquiciada y hasta escandalosa; al final luego de un ciclo de insatisfacción, le sigue otro de extrema calma, en el que me tomo tiempo para ganar fuerzas y volver a ser “yo”.
Me encantaría poder justificarme y decir que tal vez tengo una doble personalidad, que este ser que tanto odio y que tanto parece odiar su propia vida no soy realmente yo, pero no puedo no tendría sentido, estoy plenamente consciente y creo que ya pasó la moda de insinuar que uno es bipolar.
P.D. Estoy escribiendo cada vez menos, y realmente me apena esto, mi idea al crear este blog fue siempre mantenerlo actualizado, con las cosas más insignificantes que me puedan estar pasando, porque realmente me estaba y me está siendo muy útil, para liberarme, para desahogarme, para sentirme identificado con las historias de alguien más, para tantas cosas ya y en tan poco tiempo. No quiero que mi casi adicción temporal a los videojuegos me siga alejando, así que haré mi mejor esfuerzo por escribir algo, por más chiquito, tonto y hasta aburrido que pueda ser.
La canción de hoy es Boys Don’t Cry de la banda británica The Cure.