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miércoles, 30 de marzo de 2011

Al borde del precipicio


Uno de mis “lemas de vida” más importante ha sido: “Uno realmente cambia sólo al borde del precipicio”. Juzgaba y daba a conocer mis propios calificativos acerca de la progresión y desarrollo de una persona tanto en lo que respecta a su estado anímico como al emocional, basado exclusivamente en esta regla tan simplista y en cierto modo mezquina, pues muy pocas veces reconocía la evolución (positiva) de alguien en particular, consideraba que era muchísimo más sencillo involucionar en cualquier momento sin causa alguna aparente, que evolucionar progresivamente como resultado de esfuerzo, trajín y mucha buena vibra y actitud. Quizás era la envidia la que me llevaba a menospreciar las ganas de superación de las personas y la predisposición al éxito y progreso de aquellas más animosas, simplistas (que no se hacen rollos), resueltas y con mucho ímpetu.

Hoy termino de desenmascarar dicho lema y exponer su falsedad ante mi propia consciencia, pues incluso cuando estoy aún lejos de llegar al borde de cualquiera de mis quebradas o acantilados más agrestes e “insuperables”, me siento muy deseoso de reunir esfuerzos, sudar la gota gorda y salir de este círculo vicioso en el que me he visto sumergido desde hace ya más tiempo del que estaba predispuesto a soportar y que no pretendo tolerar más.

El humor es el factor regulador más importante de mi personalidad y como tal cualquier cambio pronunciado en el mismo desencadena transformaciones algo bruscas en mi personalidad, al punto de producir metamorfosis a manera de estaciones. Mi humor varía en menor medida durante el día a día, sin embargo presenta variaciones cíclicas en periodos más largos de tiempo, en los cuales navego entre ondas de depresión leve, felicidad controlada, descontrol eufórico y pocas veces entre ondas de depresión suprema. Antes me sentía descontento con estas “peculiares” variantes de mi ser, pero he aprendido que es muy común en todas las personas sufrir estas fluctuaciones, seguro en una menor intensidad, pero me aliviaba sentirme menos “anormal”.

Hoy estoy optimista, pero cómo un pesimista congénito puede estarlo, me cuestiono a mí mismo, quizás sea que nunca es tarde para reformular ciertas formas de pensar que pueden llevar mucho tiempo arraigadas dentro de uno y sin embargo hoy quiero creer, ¡no!, creo que no lo ha sido para mí y me mantendré firme, decidido, predispuesto, con la mejor actitud posible y una leve sonrisa dibujada en mi rostro para iniciar este día tan cotidiano, pero especial al mismo tiempo.

Quiero dejar de lado la pereza que bloqueaba la materialización de todos mis esfuerzos psíquicos por trazar planes que me ayuden a superar la bruma y volver a ver con claridad, quiero abandonar al pesimismo, aniquilar al conformismo y ganarme la confianza del positivismo para emprender esta nueva y refrescante tarea.

P.D. El post de hoy es corto y es el primero después de unas larguísimas vacaciones (sin avisar lo lamento) merecidas o no tan merecidas no lo sé, pero necesarias al fin y al cabo. Espero la rutina de la universidad me permita tener espacios para escribir y llegar con las ganas suficientes de querer plasmar el tema del día en este blog al que aunque no lo crean (si es que aún alguien pasa por este blog) le tengo mucho cariño.

La canción de hoy es Get Rhythm, cover de Joaquin Phoenix en la película "I Walk The Line".


sábado, 12 de febrero de 2011

Jugando con mi insatisfacción


Y sin darme cuenta, no perdón, sin querer darme cuenta, estoy dejando mucho más de lo que quisiera aceptar por este tonto juego. Los días pasan y en teoría suman experiencias, sin embargo en mi caso no lo hacen, casi todos mis días son igual de monótonos, algo que me aboca a la histeria, el vicio me está absorbiendo y si bien algunos dirán de qué tanto se queja este tipo, solo sal diviértete, ve al cine, camina, corre, y deja de jugar listo, el problema no es tan sencillo.

Me he dejado seducir por este bendito vicio, en un principio para escapar de mí mismo, para dejar de pensar, para ahorrarme problemas y terminar angustiándome con situaciones que no creo poder manejar, ideas tontas que rondan mi cabeza la ofuscan y me obligan a dudar de todo, a reclamarme por todo, a sentirme insatisfecho con todo, con cada detalle y aspecto mayor de mi vida.

Esta es mi manera de escapar de la realidad, sentado frente a la pc hora tras hora, enviciado y aparentemente obsesionado por jugar, mientras tenga tiempo libre, no tenga que preocuparme por el dinero ni tenga nada acerca de lo qué quejarme me mantengo a salvo de este modo, entonces entro en la contradicción de siempre, si lo tengo aparentemente todo, entonces a que le temo, que me genera tanto miedo que siempre busco evadirlo, me faltan cojones para enfrentarme a algo: a mí mismo.

Y una vez más sueno melodramático, sufrido, y nadie entiende por qué ni yo mismo lo hago, no es mi intención, no me malinterpreten, no busco lástima, pena, ni era mi idea escribir un post tan pesimista y desesperanzado, solo busco compartir este miedo, descifrarlo mientras escribo y eventualmente encontrar mejores maneras de enfrentarlo, dilucidar cuáles son esas, pero principalmente saber a qué “monstruo” le temo y por qué lo hago.

Cuando no estoy jugando u ocupando mi mente en cosas más triviales y decido enfrentarme y “pensar” mi conclusión termina siendo la misma: me siento insatisfecho con mi vida, por qué si todo lo básico está allí (dinero, amor, cariño, comida, una casa, un hogar, salud y familia) eso es lo que no entiendo, por qué, algo falta, la chispa de la vida, sentir todo como si fuera la primera vez, valorar más las cosas, pero me cuesta, saber qué quiero, qué me hace realmente feliz o en todo caso que me está conteniendo, que me aleja de serlo.

Soy muy rítmico, estos ciclos de insatisfacción, desgano y tristeza, estas etapas en las que involuciono, me sumerjo de lleno en algún submundo dentro de mí y trato de evitar a toda cosa a los demás. No son tan frecuentes, suelo presentir su llegada y no duran más de un par de meses, pero en ese lapso me agotan, succionan toda mi esencia, toda la alegría, el buen ánimo y esa parte de mi personalidad tan extrovertida, chispeante, desquiciada y hasta escandalosa; al final luego de un ciclo de insatisfacción, le sigue otro de extrema calma, en el que me tomo tiempo para ganar fuerzas y volver a ser “yo”.

Me encantaría poder justificarme y decir que tal vez tengo una doble personalidad, que este ser que tanto odio y que tanto parece odiar su propia vida no soy realmente yo, pero no puedo no tendría sentido, estoy plenamente consciente y creo que ya pasó la moda de insinuar que uno es bipolar.

P.D. Estoy escribiendo cada vez menos, y realmente me apena esto, mi idea al crear este blog fue siempre mantenerlo actualizado, con las cosas más insignificantes que me puedan estar pasando, porque realmente me estaba y me está siendo muy útil, para liberarme, para desahogarme, para sentirme identificado con las historias de alguien más, para tantas cosas ya y en tan poco tiempo. No quiero que mi casi adicción temporal a los videojuegos me siga alejando, así que haré mi mejor esfuerzo por escribir algo, por más chiquito, tonto y hasta aburrido que pueda ser.

La canción de hoy es Boys Don’t Cry de la banda británica The Cure.

viernes, 4 de febrero de 2011

Días de película


Hoy no sé muy bien qué comentar, contar o narrar, por lo tanto hablaré de cine, que es más fácil, esta semana ha estado llena de días de película y es que fui al cine un par de ocasiones y vi otras películas más en casa (piratas, lo admito, pero bueno el haber ido al cine, debe compensar en algo). La primera  película que vi fue “De amor y otras adicciones”, una comedia-dramática con varias escenas de sexo entre los dos protagonistas, pero vamos no hay que hacernos los mojigatos que es eso lo que la hace interesante, (para muestra un botón una foto de Jake con solo las manos tapándole el paquete, lo demás queda a nuestra imaginación, supuestamente el personaje en la película es bien dotado) sin embargo ciñéndome a la crítica de la película (basta de paquetes xD), las escenas no se quedan solo en lo morboso, sino que ondulan hasta dentro de lo cómico y lo tierno. La historia central (y es que uno de los “contras” de la película es que intenta abarcar varios temas) es la de una pareja (Jamie y Maggie) que inicia una relación basada exclusivamente en el sexo y deciden no arruinar aquello convirtiéndolo en algo más, pero como siempre pasa (me imagino que a alguno le ha pasado) Jamie termina deseando algo más que solo sexo, lo que perturba a Maggie quien siendo tan joven padece de Parkinson y no busca iniciar relación alguna con alguien, pues no quiere que salir herida y luego aferrarse a alguien que tan solo sienta lástima por ella, la trama gira en torno a cómo logran sacar adelante una relación partiendo de la negación de Maggie a tener algo serio y el miedo de Jamie a que la enfermedad se lleve lo mejor de ella poco a poco.

La actuación de Anne Hathaway se luce mucho, dentro de lo que el guión le permite, es cálida y siempre provoca una reacción por parte del espectador en los momentos dramáticos, la de Jake Gyllenhaal es la adecuada para el personaje de mujeriego reformado y asentado que caracteriza (sin mencionar que está más bueno que ...). La historia presenta muchos matices, acerca del sexo, las relaciones, la vida con Parkinson y él éxito laboral, tal vez es este último tema el que divide las escenas de la película entre todo el rollo de las farmacéuticas, el descubrimiento, la populariación y la venta del viagra con la historia de amor en sí, por ratos sientes que ves dos películas distintas, pero aún así lo disfrutas, al menos yo llegué a hacerlo, por lo que la recomiendo mucho, tiene todo, escenas sexosas, emotivas, cariñosas, jocosas, dramáticas, hay golpes, pornografía, viagra ( y sus efectos adversos), de todo, muy completa divertida y emotiva.

La otra película que vi en las salas fue “El Cisne Negro” que acaban de estrenar por este lado del mundo, y es una de las películas que más me ha gustado en mucho tiempo, un drama oscuro ligeramente espeluznante cuya historia envuelve a una bailarina de ballet a punto de estrenarse en el papel estelar del “Lago de los cisnes”, hasta ahí la historia parece poco llamativa, pero desde las primeras escenas notamos que algo no está bien en la protagonista (Nina), luce perturbada mentalmente, confundida y siempre enfrentándose a sí misma, el rol demanda de ella representar tanto al cisne blanco, una joven delicada, frágil, virginal, como al cisne negro para lo cual el jefe de la compañía le exige sensualidad, naturalidad de movimiento, fuerza, soltura, seducción algo a lo que Nina no está acostumbrada, pues incluso dentro de su propia vida ella es una clásica representación de lo virginal, aún viviendo con su madre y dependiendo de ella para muchas cosas. Es una historia de mucho suspenso psicológico con la protagonista siendo perseguida por su lado oscuro y las perturbaciones mentales que provocaban distorsiones de su realidad. Al final ella logra realizar la presentación que tanto quería y que todos esperaban de ella, pero al costo de su propia vida.

Me encantó la actuación de Natalie Portman, es una de mis actrices favoritas y aunque no siempre salga con los mejores roles, definitivamente desde su papel en Closer que me fijo mucho en su trabajo y siempre tiene algo muy bueno en sus películas, siendo esta su mejor actuación a mi parecer, para no ser bailarina logra un muy buen trabajo, pues participó en gran parte de las escenas de baile y solo para las más difíciles usaron una doble, por lo demás es brillante la representación de la metamorfosis de Nina comenzando tan frágil, temerosa y poco decidida para terminar en esa versión tan exquisitamente sombría de sí misma.

Hoy les dejo con un video, de una de las escena de baile en “El Cisne Negro”.

sábado, 29 de enero de 2011

De viaje en viaje


Me he ausentado un tantito del blog, pues he estado de viaje por aquí y por allá con mis padres, visitando su ciudad natal, un pequeño puerto en el norte del país, paseando por el malecón, recorriendo el muelle viejo y casi abandonado, vale decir que me cagué de miedo de caminar por allí, mirando fijamente cada tabla que pisaba y escuchando cada rechinada, a ver si una de esas no era la señal que estaba a punto de caerme directo al mar. Disfruté mucho de la playa (aunque no me bañé, mucha “guata” y mucha más vergüenza aún), en realidad lo que más disfruté de la playa fue ganarme con los brasileros y australianos practicando surf, aunque no todos estaban tan buenos como uno quisiera jajaja. El propósito original del viaje, sin embargo, no era que mis ojos se deleiten con el esculpido cuerpo de uno que otro surfista, en realidad vinimos a celebrar una misa de conmemoración cumplido un año del fallecimiento de mi abuelo por parte materna, pocas veces asisto a misa alguna, por la que esta fue una ocasión especial. Algo que definitivamente no disfruté, fue tener que aguantarme todas esas charlas de recuerdos, añoranzas e historias en blanco y negro endulzadas con más de un vaso de cualquier tipo de licor conocido, odio encontrarme en medio de estas pláticas de “viejos” xD, todos mis tíos, tías y otros allegados atormentándome con sus pláticas (entre ellos) y yo aburrido a más no poder, con una cara de poto ahorrándome las palabras para evitar vociferar algo como: “Quiero largarme de este lugar”, mi sufrimiento era tal, que tenía que escapar de dichas escenas, bajo cualquier excusa como ir a comprar el pan y no volver hasta la noche.

Acabo de llegar hace unas horas, de otro viaje de regreso a Lima, mis padres me estaban sofocando (en realidad solo mi padre, mi madre es una santa), por lo que en un súbito arranque de locura y desenfreno, les comenté que me regresaba en el primer carro que saliera del terminal, y así lo hice, tenía que volver, necesitaba salir, ir a ver a los amigos, pero entonces una vez ya asentado, me encuentro aquí y necesito ver a alguien, me doy cuenta que mi círculo de amigos está muy limitado, la gran mayoría ( de los pocos que tengo) está de viaje, a otros no los puedo ver o es mejor no verlos por “x” o “y” motivos y entonces ¿con quién me quedo?, mí círculo de conocidos puede ser muy grande, lo cual no es necesariamente mérito propio, pero se da, en cambio mi círculo de amigos, de aquellos a los que pudiera ir a molestar a sus casas, sacarlos de improvisto para dar una vuelta al parque, ir al cine, a la playa, a la disco o a tomar al bar un rato, son pocos, muy pocos, los cuento con una mano y si me pongo a pensar si realmente he tenido un “best friend forever” al mismo estilo de las películas, con quien uno ha compartido absolutamente todo y con quien uno siempre puede y podrá contar, la única persona con tanto impacto en mi vida como para haberlo considerado como mi “mejor amigo” ha sido mi ovejo, (mi ex).

He vuelto aquí por algo, así que no me voy a aburrir y quedarme en casa sólo, sentado frente a la computadora todo el día como una ostra esperando que algo interesante venga a mí o que alguien me saque a la fuerza de esta prisión autoinducida y me libere del aburrimiento, el bochorno del día y todo lo que me esté sofocando o me vaya a sofocar. Si vine aquí precisamente para evitar esto último y para divertirme un rato, pues lo voy a hacer de alguna u otra manera, por ahora estoy planeando mi futuro viaje (sí ,otro, este verano me la daré de viajero), en esta oportunidad pienso irme a Arequipa, a ver cómo me salen las cosas y sobre todo a ver si me hago conocidos para disfrutar mejor el viaje, la idea de viajar sólo de por sí no es muy divertida, ojalá y se pueda dar.

La canción de hoy es Voy en un coche de Cristina y Los Subterráneos.

sábado, 22 de enero de 2011

Toda acción produce una reacción


Vivimos de tomar decisiones, de escoger con quién salir y con quien no, de optar por una carrera para estudiar, de preferir ciertas juntas y otras no, de escoger que ropa usar, de ir, venir, jugar, tocar, besar, leer,  salir, viajar, únicamente si queremos hacerlo, son raras las situaciones de la vida en las que podemos aseverar que hemos sido presionados a tomar ciertas decisiones o que alguien más las tomó por nosotros. Ciertamente no es mi caso, en toda mi vida nunca he sido forzado ni siquiera a hacer las tareas, todo lo que he hecho ha sido siempre porque quise hacerlo, para bien o para mal, siempre he sido ciento por ciento partícipe de mis decisiones.

No hay decisión que no nos afecte, toda acción genera una reacción igual y contraria, no podemos evitarlo, solo nos queda tomar la responsabilidad debida, aceptar las culpas, saber manejarlas y con el tiempo aprender a perdonarse a uno mismo si algún daño ha sido ocasionado aun cuando no haya existido intención alguna. He ahí el problema, si bien es sencillo cargar con la culpa y vivir torturándose a uno mismo con el recuerdo de lo que las acciones propias dieron lugar, es tremendamente difícil perdonarse a uno mismo, toma tiempo, toma esfuerzo, no es algo que se logre de un día para otro, para ello primero hay que aceptar que todo ya está hecho y no se puede volver atrás, y aunque existiese máquina capaz de retroceder el tiempo y permitirnos cambiar las cosas, no tendría sentido hacerlo, somos el resultado de cada una de nuestras decisiones en el pasado y en el futuro seremos el resultado de cada una de las decisiones que tomemos en el presente. No hay nada que cambiar en nuestras vidas o dejaríamos de ser quienes somos ahora.

Cada una de las decisiones que nos han llevado al lugar en el que nos encontramos actualmente son el resultado de nuestros pensamientos, de nuestra ideología de vida, tomamos las decisiones basados en las mismas, es por esto que pase lo que pase, debemos respaldarlas, por supuesto tenemos que admitir la posibilidad de errar, pero si no lo hiciéramos nunca aprenderíamos lección alguna. Entonces cómo saber que está bien y qué está mal, cómo saber cuándo hicimos daño y cuándo no. Si nuestras decisiones por más dicha y júbilo que traigan a nuestras vidas traen consigo desdicha y tristeza a alguien más, pues hay que soportarlo, no se puede complacer a todos, hay que seguir adelante, pensar mejor las cosas a partir de ahora, pero seguir adelante.

Y eso es lo que intento ahora seguir adelante, disfrutando de lo que haya disfrutar incluidos los buenos recuerdos, aceptando mis culpas e intentando redimir el daño que sin querer causé a alguien más. Me encuentro mucho más tranquilo ahora, estoy aprendiendo a sobrellevar todo, la distancia me ayuda, aunque no tanto como quisiera y es que todo lleva tiempo y felizmente tiempo me sobra.

La canción de hoy es Warning Sign de Coldplay.

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miércoles, 19 de enero de 2011

Otro día ordinario


Hoy no ha sido más que eso, como es usual en estos días de verano me levanté de la cama alrededor del mediodía, con un fuerte y recurrente dolor de cabeza y la sensación de bochorno ya instalada, tomé una ducha fría como pocas veces lo hago, no soporto el agua fría ni en verano, pero en esta ocasión el calor ya estaba insoportable, bajé a almorzar y a ser increpado por mi padre acerca de la hora a la que me levanto, la chica que trabaja en mi casa estuvo tocando el timbre toda la mañana esperando que le abriese la puerta, mientras yo seguía en lo más profundo de mi sueño, felizmente le encargaron la llave a una vecina y pudo entrar. Hoy almorcé “cabrito”, (entiéndase esta palabra no como un eufemismo gay xD, sino como un plato propio de la gastronomía del norte peruano). Terminado el almuerzo, me dejé seducir por mi único vicio (se podría decir que es el único que tengo, al menos por ahora), los juegos de computadora,  soy un completo adicto a uno en particular (Dota) y es que no encuentro nada mejor qué hacer en estos días, no tengo ganas de salir, o tal vez sí las tenga, pero no hay nadie con quien hacerlo y no me gusta salir sólo en ocasiones como estas, en las que extraño tanto la compañía de por lo menos un compañero de clases. Peor aún sería salir a conocer gente aquí, y mi pregunta es: en primer lugar eso cómo se hace, es que nunca aprendí, la gente solía venir a mí y no yo a ellos.

Repito algo que ya he dicho antes, uno sale de la ciudad y al regresar siente que todo ha cambiado, tal vez las calles no han mejorado mucho a cómo las dejé años atrás, y el perfil urbano de la ciudad siga siendo tan descuidado como siempre, pero lo que sí cambió fue la gente, mis conocidos, mis ex compañeros, mis viejos, olvidados y soterrados amigos ya no están, se perdieron, los perdí. Todavía tengo que permanecer unos cuantos días más aquí, el doctor dice que mi recuperación marcha bien, pero que de todas maneras no estoy en la capacidad de hacer mucho ejercicio ni nada parecido hasta que terminen de cicatrizar las heridas y baje la inflamación. Tendré que volver de todas maneras dentro de un mes para mi control, pero no me quiero quedarme aquí hasta entonces.

No hice nada productivo en este día y si la rutina no me ha terminado de absorber aún, pues ya estoy sintiendo sus efectos y seguro que muy pronto terminará su trabajo, todos estos días han sido ordinarios, aburridos, muy hogareños tal vez; me doy cuenta que no los disfruto del todo, siento que no son malos, pero son muy neutrales, no me inspiran nada. Por ahora tomo esta etapa como un autoexilio, supuestamente para repensar bien todas las cosas, pero pensar no me ayuda, cómo es que uno sigue adelante, cómo es que uno pasa la página, cómo dejo de pensar en él, cómo dejo de sentirme culpable, cómo puedo hacer algo, lo que sea, sin recordar cómo lo hacía con él, es que hacíamos todo junto, ahora apenas hablamos, nos hemos vuelto fríos el uno con el otro, no me acostumbro a la idea, no sé seguir adelante, no sé si él sabe, no sé si deseo que él sí lo sepa, mucho de egoísmo en esta frase, creo que quisiera que él esté sufriendo como yo, para quitarme algo de culpa y dejar se seguir sintiéndome como el “único”. La pregunta más difícil ahora es cómo me perdono a mí mismo, solo así podré seguir adelante.

Por lo menos hoy dejé de escuchar canciones sufridas, luego de percatarme que llevaba ya demasiadas horas jugando y antes que otro dolor de cabeza me invada, decidí parar y escuchar un poco de música animada de la mano de Gaga, (me encanta esa mujer, ya sé que es muy cliché xD) y a bailar un poco, ya dije en una entrada anterior que me encanta y de hecho he participado en un par de coreografías en la universidad tanto de Bad Romance como de Telephone. La música y bailar ayudan mucho, aunque ahora al final del día, vuelva un tantito el desánimo y sienta que todo ha sido por gusto, sin embargo es un día más, ni bueno, ni malo, solo muy neutral para mi gusto, muy apagado, muy ordinario y no lo soporto, pero tendré que seguir haciéndolo, porque no sé bien cómo las cosas podrían cambiar.

P.D. Este post es una chanfainita (entiéndase como un arroz con mango) hablo de una y otra cosa, no sé focalizar bien mi tema, pero al menos me nace escribir algo, bueno, malo o pésimo, pero en algo me libera.

La canción de hoy será una más animosa, para que no se me escapan las pocas ganas que he ganado, valga la redundancia, y como para seguir saturando el mercado lo último de Britney Spears: Hold It Against Me (no sé ni por qué la escucho u.u)

lunes, 17 de enero de 2011

¿Qué hacer con mi vida?


¿Y tú de qué lado estás?, me siento muy cómodo siendo espectador, alguna vez intenté ser el artista, pero las cosas no funcionaron, definitivamente meter mis manos allí no es lo mío, felizmente me di cuenta al poco tiempo, me cayó un baldazo de agua helada, pero me regresó a mi realidad, lo mío con el arte va desde la otra ribera, la lejana.

Una de las decisiones más difíciles, si es que no la más difícil, en la vida de todo adolescente que está a punto de terminar o ya terminó la escuela es elegir la carrera, profesión, oficio, trabajo o sencillamente decidir qué hacer con su vida, de qué va a vivir y cómo va a hacerlo. Terminé la escuela a fines de 2007 con una idea en la cabeza, estudiar medicina, lo que no tenía muy en claro era si medicina humana o veterinaria, desde pequeño sentí atracción por ambos campos, crecí en el seno de una familia con una tradición que me encaminaba hacia salud humana y supongo que por momentos me convencía más esta rama, aun cuando desde pequeño siempre sentí fascinación por los animales y una envidia por el trabajo a campo abierto con los mismos. Andaba perdido y no terminaba de elegir alguna de las dos. El verano de 2008 había iniciado ya y yo seguía indeciso, peor aún, con muchísimo miedo, tenía pensado postular a una universidad nacional y ahorrarles a mis padres el tremendo costo que involucraría cualquiera de las dos carreras si estudiase en una universidad particular, pero la educación buena y totalmente gratuita, es la más dificultosa de alcanzar, pues por una vacante hay que pelear con en ocasiones una exorbitante cantidad de chicos con tantas o más ganas que uno mismo. No me sentía lo suficientemente preparado, me tiré al abandono el verano entero y en una de las decisiones más estúpidas de mi vida, decidí girar el timón súbitamente y dar una vuelta de 360° en busca de una tercera carrera alternativa.

Tenía pocos días para hacerlo, los exámenes de la mayoría de universidades en este país se dan en los meses de febrero y marzo y si en esta oportunidad me quería decidir por postular a cualquier otra carrera “más sencilla” en una universidad privada donde el examen de ingreso sería menos exigente, pues la decisión tenía que ser tomada ya. Vamos chico piensa, qué otra cosa te gusta, piensa, de manera repentina vino a mi mente, mi “gusto” por lo artístico, para ese entonces yo visitaba asiduamente una página de arquitectura y disfrutaba mucho de apreciar las fotos, bosquejos, diseños, lo urbano en general, esta forma tan extraña de arte no abstracto, de inmediato y sin pensar en las consecuencias de tremenda elección, me dije eso es, debe ser “sencillo” y si bien no sé dibujar (y odio hacerlo), supongo que todo se aprende, ya adaptaré mi mente al estilo creativo requerido para desempeñarme en dicho campo.

Indescriptiblemente logré convencer a mis padres, e incluso cuando sé perfectamente que fue una pésima elección, agradezco el apoyo brindado frente a las impulsivas decisiones que tomé en dicho año. Ingresé, pero desde allí todo fue en picada, 2008 no fue un buen año para mí, de hecho fue el peor, me encontraba solo, forzándome a estudiar algo que desde el primer momento supuse no era para mí, si a eso les sumo los combates con mi alter ego producto de las dudas casi confirmadas sobre mi sexualidad acompañadas de una fuerte negación y represión a la que esta vieja versión mía me sometía con tal de no aceptar lo evidente (ya hablaré de eso en otro post).

Pasó lo que tenía que pasar, odiaba la carrera, sentí que si seguía adelante con esta farsa no haría más que arruinarme más la vida y ser un profesional mediocre más del montón. Dejé la carrera al poco tiempo y si bien recuperarme de la depresión que vino con esto y mucho más me costó mucho tiempo, dicho tiempo me ayudó a repensar todo por completo y finalmente poder llegar a contestar la pregunta, a qué me quiero dedicar de ahora en adelante, sin importar lo que cueste y qué tan difícil o no sea ingresar, tanteé mucho y terminé de tomar la decisión que debía haber tomado antes, estudiar medicina veterinaria, más que nada en este mundo me gustan los animales y mucho más aquellos que estén en el estado más salvaje posible. Hoy llevo ya dos años en esta maravillosa carrera y puedo decir algo tengo la suerte de que mi carrera es mi hobby, no me quejo en lo absoluto, al arte lo miro de lejitos y así estoy bien = )

La canción de hoy es A Mistake de Fiona Apple.