Pages

sábado, 22 de enero de 2011

Toda acción produce una reacción


Vivimos de tomar decisiones, de escoger con quién salir y con quien no, de optar por una carrera para estudiar, de preferir ciertas juntas y otras no, de escoger que ropa usar, de ir, venir, jugar, tocar, besar, leer,  salir, viajar, únicamente si queremos hacerlo, son raras las situaciones de la vida en las que podemos aseverar que hemos sido presionados a tomar ciertas decisiones o que alguien más las tomó por nosotros. Ciertamente no es mi caso, en toda mi vida nunca he sido forzado ni siquiera a hacer las tareas, todo lo que he hecho ha sido siempre porque quise hacerlo, para bien o para mal, siempre he sido ciento por ciento partícipe de mis decisiones.

No hay decisión que no nos afecte, toda acción genera una reacción igual y contraria, no podemos evitarlo, solo nos queda tomar la responsabilidad debida, aceptar las culpas, saber manejarlas y con el tiempo aprender a perdonarse a uno mismo si algún daño ha sido ocasionado aun cuando no haya existido intención alguna. He ahí el problema, si bien es sencillo cargar con la culpa y vivir torturándose a uno mismo con el recuerdo de lo que las acciones propias dieron lugar, es tremendamente difícil perdonarse a uno mismo, toma tiempo, toma esfuerzo, no es algo que se logre de un día para otro, para ello primero hay que aceptar que todo ya está hecho y no se puede volver atrás, y aunque existiese máquina capaz de retroceder el tiempo y permitirnos cambiar las cosas, no tendría sentido hacerlo, somos el resultado de cada una de nuestras decisiones en el pasado y en el futuro seremos el resultado de cada una de las decisiones que tomemos en el presente. No hay nada que cambiar en nuestras vidas o dejaríamos de ser quienes somos ahora.

Cada una de las decisiones que nos han llevado al lugar en el que nos encontramos actualmente son el resultado de nuestros pensamientos, de nuestra ideología de vida, tomamos las decisiones basados en las mismas, es por esto que pase lo que pase, debemos respaldarlas, por supuesto tenemos que admitir la posibilidad de errar, pero si no lo hiciéramos nunca aprenderíamos lección alguna. Entonces cómo saber que está bien y qué está mal, cómo saber cuándo hicimos daño y cuándo no. Si nuestras decisiones por más dicha y júbilo que traigan a nuestras vidas traen consigo desdicha y tristeza a alguien más, pues hay que soportarlo, no se puede complacer a todos, hay que seguir adelante, pensar mejor las cosas a partir de ahora, pero seguir adelante.

Y eso es lo que intento ahora seguir adelante, disfrutando de lo que haya disfrutar incluidos los buenos recuerdos, aceptando mis culpas e intentando redimir el daño que sin querer causé a alguien más. Me encuentro mucho más tranquilo ahora, estoy aprendiendo a sobrellevar todo, la distancia me ayuda, aunque no tanto como quisiera y es que todo lleva tiempo y felizmente tiempo me sobra.

La canción de hoy es Warning Sign de Coldplay.

>

2 comentarios:

  1. Tienes razón, no se puede hacer feliz a todo el mundo y que bueno que no te arrepientas del pasado. Al final, todo o nada importa.

    Saludos :)

    ResponderEliminar
  2. Perdonarse es dificil... pero NO imposible...!!! Cierto que de la noche a la mañana no se logra... lleva tiempo... pero hay que ser perseverante y dejarse de torturarse con esos recuerdos que solo nos provoca iras y resentimientos...!!!

    Por eso digo quee toodo lo hagas... hazlo por tu presente... porque disfrutando tu presente... y aprenderas del pasado... y tendras un gran futuro ^^!!!

    Cuidate, nos vemos...!!!

    ResponderEliminar